miércoles, 8 de octubre de 2008
Carta de Medellín--Por Fray Alberto García Vieyra OP
Carta de Medellín
Por Fray Alberto García Vieyra OP
(Respecto a los documentos de Medellín distintos ilustres sacerdotes manifestaron que dichos documentos no formarían parte del Magisterio de la Iglesia, no teniendo las resoluciones del CELAM carácter obligatorio.
Finalmente cabe agregar que la misma denominación del CELAM (Comisión Episcopal Latinoamericana) puede inducir al error, haciendo creer que las resoluciones de Medellín las tomaron todos los obispos del Continente. Esto no es así; en la reunión de Medellín participó una minoría de obispos latinoamericanos).
En consecuencia, y existiendo una muy rica doctrina social católica, promulgada por los Romanos Pontífices, no puede sostenerse que Medellín encierre toda la doctrina católica ni hacer creer que su puesta en práctica sea el único deber de los católicos hispanoamericanos en el momento presente (navidad 1969).
Por esas razones y deseando estar, como siempre, en plena consonancia con el magisterio de la Iglesia, nosotros pedimos aclaración sobre los puntos que a continuación se expresan:
1) ¿Por qué razón la lectura del Documento sugiere que la dialéctica histórica – un proceso evolutivo histórico fatal – lleva los hombres hacia la sociedad tecnológica, cuyo meta final es la producción, la promoción humana, el desarrollo, según la época de PABLO VI?
Dentro de esta perspectiva, el papel de la fe y de la Iglesia, no es rector y normativo, como debe serlo en una sociedad cristiana, sino que queda reducida al ámbito privado, y acosada la vida religiosa de los hombres por el materialismo de las costumbres y de las instituciones.
En el contexto leemos: la Iglesia Latinoamericana: “vive un momento decisivo de su proceso histórico”; “estamos en el umbral de una nueva época”… “bajo el signo de la transformación y del desarrollo”…
Tal desarrollo no es juzgado por el redactor, ni bueno ni malo; “solamente lo ve, como signo del Espíritu que dirige la historia (marxismo-teilhlardismo). ¿Hacía dónde la dirige?, “a la emancipación total, la liberación de toda servidumbre, maduración personal, integración colectiva” (introd.. 4).
Insiste el redactor, a cada paso, sobre las “estructuras opresoras”; “abusos del tenedor y abusos de poder”; “explotación de los trabajadores”; “injusticias en las transacciones” etc. Todos los bienes deben venir por el desarrollo y renovación de las estructuras: fórmula ambigua, en la que cabe cualquier cosa.
Deja la impresión, el Documento, que la misión de la Iglesia es promover la revolución social, acabar con las desigualdades sociales, etc., cosa no intentada, pero difícil de explicar.
Esta mentalidad “revolucionaria” y vuelta hacia el comunismo (La URSS implosionó en 1993; estamos en 1969 ¿…?), ha prendido en gran número de clérigos jóvenes (piense en GAIDO, DELLA FERRERA, VISCOVICHI y tantos más, aquí nomás, NICOLAS ALESSIO, el parroco de Bº Altamira), y los saca de su propia vocación.
Entiendo que casi toda la “devoción”, por la miseria en Hispanoamérica, que hace tiempo promueven “Informaciones Católicas Internacionales, y algunos sociólogos, son actividad política del Comunismo.
2) ¿Por qué razón, el primer lugar en el Documento lo ocupa Promoción Humana, y no la promoción cristiana del hombre, que sería lo más lógico en un documento de esa naturaleza? Existen problemas muy serios sobre educación, divorcio y penetración de errores de diversa índole, y el muy importante problema de promover la disciplina en los mismos seminarios. Los jóvenes con vocación pierden su alma, se llenan de herejías, en nuestros seminarios y casas de formación.
3) ¿Por qué razón se dice: “En la historia de la salvación toda la obra divina es una acción de promoción y liberación humana, que tiene como único móvil el amor”? La obra humana aparece como desarrollo humano; igualmente lo que sigue en nº 2.2. no pasa los límites del hombre ¿la religión del Hombre? En 2.3. la Iglesia apenas se atreve a irradiar una luz…para elevar la dignidad de la persona humana.
4) ¿Por qué razón no habla 8en el mismo 2.3.), de la vocación divina del hombre por la gracia y las virtudes, y habla de una “perfección de la vocación humana” que se cumplirá en la escatología? Todo es ambiguo y confuso. El redactor parece protestante o utiliza un lenguaje similar.
5) Sobre la orientación del Cambio Social. ¿Por qué razón habla de “comunidades nacionales” y no directamente de Estados nacionales? Tampoco se entiende lo que significa: “organización global”. No se habla para nada de los deberes del Estado ni de la “organización global” para con Dios o la Iglesia. Al final habla de “concientización”, pero es solamente “en orden al cambio de estructura y la vigencia de la justicia”. Por lo cual insta a los laicos a su adecuado empleo en las tareas de promoción humana 3.3.final. Como este capítulo de los deberes sociales y políticos y la Iglesia se omite, creemos que el redactor está dentro de la concepción humanista y personalista del Estado, la concepción de la “autonomía del orden temporal”, el orden social, fuera de la ley divina. Por ese motivo da por supuesto la no intervención de la Iglesia, en ninguna de las denominadas cuestiones mixtas. Estas teorías sustentadas por el progresismo católico, son radicalmente falsas.
6) Al tratar de la Juventud. Exhorta a la juventud, no a luchar por Cristo y el reino de Cristo, sino a la revolución social. Esto ya lo hacen los estudiantes, dirigidos por clérigos, en Montevideo, Brasil, México y Chile. Pero, no solo no luchan por Cristo, sino que el redactor induce a los jóvenes a luchar por “el proceso de secularización” (I.4), y “por el carácter pluralista de la sociedad” (I.9.) Los movimientos de la juventud esperan de la Jerarquía un mayor apoyo moral. Para el plan de acción propuesto, y en parte realizado, no vale la pena esperar nada de la Jerarquía.
7) ¿Por qué motivo el ejercicio de la autoridad política es puesto en un ámbito de resentimiento social y lucha de clases: “..favorecen a grupos privilegiados”? Prom. H.3.2. A continuación se refiere a la misión técnica de la autoridad, reducida a lo siguiente: propiciar y fortalecer la creación de mecanismos de participación y legítima representatividad de la población”. No se refiere para nada a lo religioso. En cambio leemos en “Mit Brennender Sorge” del Papa PÍO XI, de féliz memoria. Los Estados pondrán todo cuidado en impedir que la propaganda atea, que destruye todos los fundamentos del orden, haga estragos en sus territorios; porque no podrá haber autoridad sobre la tierra si no reconocen la autoridad de la majestad divina”. (nº 7). Hay una distinción de lenguaje, y un sentido inconfundible de la dignidad de la Iglesia, que no puede ser “servidora de la humanidad”, sino rectora, maestra y conductora.
8) El Documento menciona una sola vez Ecclesiam Suam de PABLO VI, una vez Mater et Magistra de JUAN XXIII. Todas las citaciones son de de Gaudium et Spes y de Populorum Progressio. No menciona ningún documento de la Iglesia anterior del único mencionado de JUAN XXIII. Luego, o hay una quiebra en el magisterio de la Iglesia, o hay otra doctrina, que no es la de la Iglesia (personalismo, evolucionismo, marxismo). A lo primero no lo creemos. Lo segundo queda involucrado en nuestra interrogación.
9) Gaudium et Spes – lo hemos comprobado dos veces – está mal citado, con palabras sueltas, fuera de contexto, y colocadas en otro contexto diferente. En la Introducción 5. “la transformación del continente es signo de que Dios quiere salvar cuerpo y alma, el hombre entero”. Más abajo, Cristo “presente de la historia, anticipa su gesto escatológico de salvar, por la promoción económica”. Siempre el redactor ha vinculado la salvación a la escatológica, y ambas vinculadas a la evolución económica-social. Necesitaríamos otra explicación.
10) Ponemos punto final a nuestras preguntas No hemos escrito en tono de polémica ni siquiera de diálogo; queremos solamente preguntar lo que sorprende o no se sabe. Hasta ahora hemos evitado comentar el Documento en público y en privado; aun en la recreación conventual hemos evitado el comentario. Jamás – Dios mediante – nos separaremos del sentir de la Iglesia, nuestra Madre a quien servimos. Pero, el Enemigo no duerme y sabe sembrar la cizaña. Besa Vuestro anillo Pastoral. 26 de noviembre de 1968.
R.P. Fray ALBERTO GARCÍA VIEYRA OP.
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Edito Gabriel Pautasso
Diario Pampero nº 87 Cordubensis
Instituto Emerita Urbanus