viernes, 14 de diciembre de 2012

Obrar...

 
Quizá olvidemos lo "más importante". Sin duda, ante las "pruebas" y los tropiezos de nuestra peregrinación nos preguntamos ¡tantas veces! por la fecundidad y el valor de nuestras acciones. Entonces nos interrogamos acerca de ellas y, sobre todo, cuáles sean y cuál su lugar. Arriban las dudas y las apuestas: esto es mejor o peor que aquello; aguardábamos mejores oportunidades (que nunca llegan) o reconocimientos siempre insuficientes... Pero ¿en qué termina todo eso? ¿Qué es lo que en verdad vale y más allá de los caprichosos aplausos de la multitud, cuando la hay? En efecto, volvemos a la vida oculta, que es la realidad. Allí germina otra cosa, otra cosa se da. Allí aparece fecunda, en verdad, la lucha de Antonio en el Desierto. Es la "hora" que el Señor nos llama a velar con Él. Las acciones verdaderas son, precisamente, las que más nos acercan y asemejan al Salvador, y que -generalmente- no son elegidas. Esas que nos parecen desprovistas de todo valor y de toda "vistosidad", esas que... "pasan todos lo días" y "a cada rato", a las cuales no damos demasiada importancia. Esas son las "obras mayores". Y no es cuestión de "demostrar nada". Entremos en el gran desierto, en el Huerto de los Olivos, y dejemos que Él nos lleve a "ese" lugar... Más allá del espacio, más allá del tiempo de los relojes y de los almanaques...

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Más hondo...


Es un otoño..., muy peculiar. Los senderos están cubiertos por alfombras de hojas muertas, caídas de los árboles del bosque... La tierra no se ve. Está oculta debajo. Sólo pisamos sobre las hojas que crujen bajo nuestros pies... Pero esas hojas no nos sostienen. No nos podemos afirmar sobre ellas. Tampoco son ellas la tierra, que nos queda escondida. Pero es claro que caminamos.
Así es nuestra peregrinación. La vida está escondida. Es más profunda siempre. ¿Qué nos ocupa ahora? ¿Las hojas muertas o la tierra viva?
Entra, pues, en tu corazón -oculto- y gózate en la realidad que no puedes medir... Eso sí, no te fatigues pretendiendo que la débil alfombra sea un fuerte camino. Reposa en la Verdad escondida y sigue sin temor. El Señor está contigo.

Alberto E. Justo    http://flordelyermo.blogspot.com.ar/

viernes, 7 de diciembre de 2012

Más allá...


Vienen aquellos, aquellos vienen, tentando un camino nuevo. No, no saben por dónde, ni saben por qué... Simplemente vienen, porque primero fueron y no alcanzaron la soñada cima, más allá del gran desierto.
Vienen buscando lo que no encuentran. Tal vez otros horizontes, quizá otros mares, más lejos, más lejos. Por eso vuelven, vuelven por eso: porque ya no hay lugares, ni zonas, ni cerca, ni lejos...
Un solitario silencioso, sufriente como ellos, les señaló una gruta, un paso con sus riesgos.
¡Quedáos aquí -dijo- que se acaba el tiempo! Enfrentad las tormentas y los pesares. No hay refugios ni consuelos...
Sólo una noticia, que con mi corazón os dejo: Todos estáis llamados a la vida y al cielo.

Alberto E. Justo

martes, 4 de diciembre de 2012

Un Cartujo habla





"... A todos los hombres nos falta, a la vez, confianza y delicadeza. No estamos nunca bastante seguros de Dios, ni bastante preocupados por ser fieles a su amor hasta en los últimos detalles. Sin embargo, es cierto que hay almas a las que les falta, sobre todo, confianza y a otras a las que les falta, sobre todo, delicadeza y generosidad. Pues bien, también por estas últimas Dios se ha encarnado bajo la forma de un niño."
Un Cartujo "Felices los que creen" Monte Carmelo 2009. P 60