jueves, 31 de julio de 2008

P. Fray Alberto Justo O.P..."Hacia una filosofía del desierto"...La vocación interior (Virginidad interior-filiación divina-desierto)



" Intente integrar las sorpresas, esto es: lo imprevisto. No desvanezca ante ello. La vida contemporánea abunda en lo que no se aguarda. En ocasiones se trata de las trampas del diablo para que se pierda el equilibrio en su camino. No preste atención ni se angustie, que todo pasa. Continúe como si nada ocurriera, morando en el silencio de su propio interior. Cultive la paz. " ( REGLA PARA EREMITAS en el corazón )


22.¿Puede el alma remontarse hasta su virginidad original, o recuperarla si la ha perdido? ¿ Como abrir el corazón a su raíz más honda para dejar que la Luz de Dios entre a raudales y Dios mismo venga a el? ¡ "Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios! " (San Mateo 5, 8). Lo que no es posible para los hombres es posible para Dios. Desde luego, este nuevo nacimiento comporta una condición insospechada e inaudita: la filiación divina: el hombre no podía esperar, ni imaginar el Don de Dios...Pero es hora de decirlo, y con todo vigor, que la Misericordia del Padre nos acoge a cada paso, renovando la aurora a cada instante cuando el peregrino se vuelva a Él, a su principio, a su origen, a su casa...No meditamos lo suficiente hasta qué punto nuestra morada, nuestro hogar, es la misma casa del Padre y cuál es la Voluntad de nuestro Padre de salvarnos y de abrazarnos en su Seno, donde nos adopta como a sus hijos en su Hijo y nos regala el Espíritu de Vida.

23. El misterio del desierto es, precisamente, que no hay obstáculos ni intermediarios para que esto sea así, cuando la voluntad del hombre no opone resistencia. Porque es Él quien nos ha llevado al desierto para hablarnos al corazón...

24. Ahora bien, hay en el interior del hombre un abismo, una capacidad que Dios se ha creado como su templo. ¿Que podemos decir de este desierto, de este abismo en el corazón? El hombre ha sospechado una morada sin confines y también ha olvidado, con tanta frecuencia, esta dimensión de profundidad (o de altura), que supera el tiempo y el espacio y que es propia del corazón. "Ha de responder: Tanto cuanto el espacio (exterior), es grande el espacio dentro del corazón. En él en verdad están comprehendidos cielo y tierra, fuego y viento, sol y luna, el relámpago y las estrellas y todo cuanto aquí abajo cada uno posee y lo que no posee" Aquí se descubre al hombre como microcosmos y como espejo del universo. Pero el misterio de su alma y de su espíritu sólo puede ser aludido, nunca definido, pues se trata de una experiencia inefable. La experiencia poética nos descubre horizontes cada vez mayores...

miércoles, 30 de julio de 2008

P. Fray Alberto Justo O.P..."Hacia una filosofía del desierto"...La vocación interior ( Nicodemo-la noche- "Dejar ser el Ser")


"No establezca ni se ate con un horario rígido. Adhiera a un orden armónico que pueda, fácilmente, adaptar. Busque también la belleza en la sucesión de las horas" (REGLA PARA ERMITAS en el corazón)


20. " Había un fariseo de nombre Nicodemo"...así comienza el tercer capítulo del Evangelio del Apóstol San Juan. Nos narra que este Nicodemo vino de noche a Jesús...Detengámonos un momento en esta noche. Es seguro que cualquiera de nosotros, furtivamente, nos hubiéramos aproximado, entonces y ahora, para averiguar algo de éste Señor " que sabemos que ha venido como Maestro de parte de Dios, pues nadie puede hacer esos milagros ...si Dios no está con él" . El hombre se ha vuelto curioso, repetidor y analista en lo que sabe desde siempre, y se pasa de largo y de listo. Entonces pierde esa puntería que lo enorgullece tanto...Venimos, en fin, de noche porque aún estamos en plena noche. Además no nos atrevemos con la luz el día. Es demasiado. Tememos que se nos tenga por equivocados... Tememos que nos juzguen, sobre todo si no coincidimos con los dictados de los pretendidos intérpretes de la multitud. Es presiso investigar primero. Luego haremos lo que nos parezca, pero es mejor asomarse, al inicio, con mucha discreción.

¿Podemos llegarnos hasta Dios...por las dudas, para comprobar, para ver lo que pasa? Es claro que no. Los métodos no nos sirven y el Amor Absoluto nunca lo recibiremos a prueba. Por eso el Señor no responde a la lista (enorme) de nuestras expectativas sino que va directamente a lo esencial, a lo vital, digámoslo así: al ser. Señor -decimos nosotros- mira este problema que me aflije, quítame de encima tal o cual amenaza, libérame de tanto disgusto y de tanto fastidio...Y lanzamos una mirada, con terror, a la historia y a lo que vemos por todos lados y clamamos, con angustia, porque la barca apenas flota ya, hace tanta agua y se va a hundir en el piélago sin contornos...

Pero el Señor, cuando llega, cuando llama, directamente dice: " En verdad te digo que quien no naciere de arriba no podrá entrar en el reino de Dios" (San Juan 3,3). Él ha venido a dar testimonio de la Verdad y no caben ahora eluciones ni introducciones, Te llamo a nacer de nuevo, de arriba. "Mas a cuantos lo recibieron diloes poder de venir a ser hijos de Dios, a aquellos que creen en su nombre; que no de la sangre, ni de la voluntad carnal, ni de la voluntad de varón, sino de Dios, son nacidos" (San Juan 1, 12-13).

A cuantos abran la puerta sin reparos, ni condiciones y lo reciban a Él mismo. Pero Nicodemo entiende literalmente...¡ ah la letra ! Y replica al Señor: "¿Cómo puede el hombre nacer siendo viejo?,¿ Acaso puede entrar de nuevo en el seno de su madre y volver a nacer?" (san Juan 3,4) . Este reparo es el de todos. Es la conciencia errada de un mundo detenido en la superficie y que no quiere ver más.Es la lógica humana que no acepta la metáfora salvadora que conduce más allá. Es el ceñudo reclamo de quienes se empeñan en la actividad y buscan el resultado, el pequeño y diminuto resultado...Es, en suma, la razón enloquecida que se antepone al espíritu.

Pero el Señor repite y reafirma más: "En verdad, en verdad te digo que quien no naciere del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de los cielos. Lo que nace de la carne, carne es; pero lo que nace del Espíritu es espíritu" ( San Juan 3,5-6).


21. No es posible decir aquí, por medio de un discurso, qué es nacer de lo alto. El hecho es mayor que todas las palabras y cualquier comparación o pretendida definición no haría otra cosa que disminuir la realidad. No parece que estos relatos del Santo Evangelio sufran ningún comentario. Por el contrario, deseamos dejar que su propia sonoridad nos introduzca en el silencio. Nuestra vocación nos conduce a dejar ser el Ser, a dejar al Señor que nazca a fin de nacer nosotros en El. Que el Espíritu nos haga conocer en el corazón "el don de Dios y quién es el que nos dice: Dame de beber" (San Juan 4, 10) para que a El le pidamos el agua viva. Porque, en efecto, el agua que El nos dé, " se hará en nosotros una fuente que salte hasta la vida eterna" (ibid. 4, 14). El misterio del desierto es el de la virginidad interior.

lunes, 28 de julio de 2008

P. Fray Alberto Justo O.P..."Hacia una filosofía del desierto"...La vocación interior( nos habla un Cartujo)



" Sepa en todo lo que emprende, que su Patria verdadera es el Cielo, y que ahora se halla en el misterio del exilio. Pero no olvide que encontrara ya el cielo en su alma. Su mismo espíritu le anticipa la eternidad. " ( REGLA PARA EREMITAS en el corazón)

17. La palabra que Dios pronuncia en el corazón es silenciosa. El peregrino la reconoce cuando ya ha sido pronunciada y en la misma medida en la cual no pretende más que su acorde inicial. Pero no logrará legitimaciones ni interpretaciones de ningún género. El decir de Dios sólo tiene por ámbito la vida y el respiro del alma que lo acoge.

18. Me apresuro a señalar una referencia ( y no es la primera vez) que me parece ilustrar muy bien este maravilloso don de Dios. Ante la concreta pregunta acerca de la conveniencia de un determinado autor como guía espiritual, un Cartujo respondió así:

"Los textos son los que menos faltan. Usted lo sabe como yo: nada se encuentra en los textos; sólo se reencuentra en ellos lo que Dios pronuncia en el alma. La ratio studiorum (programa de estudios) debería estar acompañada por una ars obliviscendi ( arte de olvidar): ¡ importa que el hombre aprenda, pero cuánto más que olvide las cosas adquiridas! ¡ Que la inteligencia se acuerde de su virginidad y de su soledad, ya que ella debe a su pura esencia ser siempre nueva y hallarse siempre desnuda, en el primer instante de la primera mañana!
El espíritu que asciende hacia el encuentro interior atraviesa el tiempo en oblicuo como un destello, su vida no es conquista, adquisición, progreso, sino despojo liberador "

19. Esta brevísima respuesta abre el camino de la vida interior. Nos habla, en efecto, del desierto, de la pureza y de la desnudez originales. Para discernir acerca de ello es necesario detenerse, hacer un alto, guarecerse en un silencio más profundo y volver al centro... El alma se descubre fatigada, encerrada en si misma, amordazada y ensordecida por la invasión de multiplicidades de todo género.Una cosa sobre otra. Le han dicho que debía crecer y crecer y enriquecerse y llenarse de esto o de aquello. La obligaron, tal vez, a hacer y a producir no sé qué cosas, a manifestarse fuera de ella. La convencieron a realizar lo pertinente para convertirse en buena alumna, sentarse en el primer banco, bien dispuesta para atender la lección. Luego, las sombras que desfilan por los laberintos de este mundo, le adjudicaron un número y la sometieron a un cierto tribunal para que determinara si llegaba o no al peso requerido para no se sabe bien qué. Le dijeron que atendiera infinitos pareceres, que el voto y el consenso circundantes le darían una calificación...
Esto aguarda el hombre...De camino quiere llegar adonde no hay fuentes de agua pura para apagar su sed. No sospecha el engaño. Se compara con otros, en el mismo nivel horizontal en el cual se encuentra, y sólo atina a sobresalir, a levantar la cabeza un poco más, en la misma marea de la multitud que lo aprisiona.
Pero Alguien lo ha llamado a nacer de nuevo, a nacer de lo alto. Esto comporta un detenimiento y supone los innumerables fracasos de ayer. Porque, en efecto, su vocación es " la Luz verdadera que, viniendo a este mundo, ilumina a todo hombre" (Jn. 1, 9) La Luz Verdadera que las tinieblas no pueden recibir. Pero que viene a su corazón. Porque Él dice: "estoy a la puerta y llamo; si alguno escucha mi voz y abre la puerta, yo entraré a él y cenaré con él y él conmigo" (Apoc. 3, 20)
Abrir la puerta es superar toda barrera, aceptando los fracasos y los eventuales despojos. La liberación del alma, que toma a su origen virginal, es como una aspiración del Espíritu que la quema y la levanta...La vocación comporta, en cualquier caso, nacer de nuevo.

viernes, 25 de julio de 2008

P. Fray Alberto Justo O.P..."Hacia una filosofía del desierto"...La vocación interior...




"Trabaje en silencio, sin decir lo que hace. No busque reconocimiento ni aplauso. Acepte lo que la misma Providencia le depara en todo lo que se refiere a sus acciones" (REGLA PARA EREMITAS en el corazón )

13. "Deséate mi alma por la noche, y mi espíritu te busca dentro de mí" (Is. 26, 9). En mi seno, en la profundidad. En la noche, en la intimidad, a Tí mismo, directamente. Descúbrese entonces el corazón del corazón. El templo interior es en verdad templo, y el mayor, pero nunca vacío. Es una plenitud insospechada, sólo accesible por la Gracia y la frecuentación.
Los hallazgos más grandes no ocurren, por lo general, de un golpe. Por el contrario, convívese largo tiempo con el tesoro encontrado sin percibir su magnitud. Solo la frecuencia, el hábito y la atención, la memoria (como decían los antiguos) horada las rígidas divisiones y los límites que parecen insalvables.

14. Un día nos atrae un sueño. Sin atrevernos a adoptarlo nos quedamos un poco con él...Esto (o aquello) sería tan hermoso. Porque el hombre cree que puede imaginar algo más grande de lo que Dios le da. En fin, sería tan lindo, decimos, pero nos corregimos en seguida, ya que somos personas muy serias, y acabamos por rechazar semejantes patrañas mal imaginadas. No , debemos volver a lo real...sin embargo ese sueño, ese pretendido sueño, no es más que una pequeña migaja de la misma realidad, un mal reflejo de nuestro deseo profundo. Si tenemos el coraje de seguir de camino, si nos atrevemos a dejar a Dios que obre, sin asustarnos ni desertar por desilusión alguna, entonces comenzaremos a entrever que lo mejor que deseamos es lo que el Señor nos da desde siempre, desde la aurora que no tiene ocaso.

15. ¿Como discernir acerca de todo ello? Porque es frecuente que muchos prevengan, en este orden, contra las ilusiones o las fantasías y que otros rechacen las mayores realidades por escasa frecuentación de los caminos del espíritu. Dios viene a nuestra casa como nuestro Salvador en Belén. De noche, sin ruido, sin publicidad. Precisamente cuando esa publicidad se halla menos garantizada, cuando la más seguro es que no se sepa nada.

16. Este pudor divino debe ser subrayado. Muchas veces dudamos ante la delicadeza de Dios. El Señor, según nuestro pobre criterio, debería llegar con anuncios determinados, con ruido, con sonoridad especial. Pero, por sobre todo, con seguridad de nuestra parte, sin dejarnos titubear ni un instante. Pero no es así. El Señor viene con dulzura y silencio, con respeto infinito, como quien por pura consideración no se anima a despertarnos. Además se dará de nuestra parte una simple y directa actitud de fe y de confianza.

martes, 22 de julio de 2008

P. Fray Alberto Justo O.P..."Hacia una filosofía del desierto"...La vocación interior...


" Sea firme en sus convicciones, pero siempre dispuesto y pronto para abrazar la verdad" ( REGLA PARA EREMITAS en el corazón )



10. Decimos que el alma, luego de prestar atención a un llamado que inicialmente no puede precisar con claridad, percibe un abismo inconmensurable que es, desde luego, su propia soledad. En un comentario al profeta Oseas, precisamente al paso apuntado más arriba, leemos en una reciente versión castellana de la Biblia (La Plata 2001), a alguien que ha experimentado la soledad en medio del mundo: "Tenemos un deseo vehemente de ser comprendidos y si no lo somos, nos sentimos aislados, solos, y esta soledad espiritual nos hace sufrir. Cuanto mayor el número de seres que nos rodean, tanto más sufrimos, pues buscamos a aquel que nos comprenda y no lo encontramos. Vamos de un desengaño a otro hasta que nos resignamos con una queja triste o amarga. Sin embargo no tenemos motivo de quejarnos, pues ésta soledad interior es el desierto al cual Dios nos llama para hablarnos al corazón. Tenemos que sufrir para buscar y encontrar a Dios, pues si el mundo nos satisficiese, nos olvidaríamos de El. No todos pueden retirarse del mundo al silencio del claustro o al de las montañas o al de la inmensa llanura, para escuchar la voz de Dios. Por eso, El mismo crea el desierto de nuestra soledad en medio de los hombres, y en ese silencio nos habla al corazón"



11. Dos perspectiva se abren aquí: una es la lectura profunda de lo que vemos, el sentido y la proyección del mundo exterior. Otra es el abismo interior, la apertura del corazón, de cuyo descubrimiento nos ocupamos, sólo atreviéndonos a señalar una dirección, con la certeza de que se trata de una experiencia inefable que sella toda la vida. Esta dos perspectivas permanecen durante todo el camino.



12. En el silencio del corazón resuena siempre, como la percibió Elias, un llamado inexpresable, de otra índole muy diversa de aquellos a los cuales estamos habituados. Así como hay un tercer ojo, un oído profundo descubre la música secreta..." De ti mi corazón ha dicho:-Busca su faz-; y yo, Señor, tu rostro buscaré" (Salmo 27, 8) . Dios mismo nos invita a buscarlo...

domingo, 20 de julio de 2008

P. Fray Alberto Justo O.P..."Hacia una filosofia del desierto"...La vocación interior...


"No se apresure por hacer esto o aquello. Con antelación a cualquier trabajo o empeño diga una jaculatoria. Desconfíe de sus propias urgencias" (REGLA PARA EREMITAS...en el corazón)



7. La tentación o la confusión más frecuente será siempre recurrir, en primer lugar, a espacios y tiempos determinados. El error repetido, sofocar la imaginación o ahogar, con menosprecio, la virtud del sueño. En efecto, rechazamos toda representación como si se tratara de algo de ínfimo valor.


8. Sin embargo, Dios nos lleva al desierto. Y por comparación al desierto valoramos los perfiles y el sentido de la ciudad y hasta de todo aquello con lo que topamos..."Así la atraeré y la llevaré al desierto y le hablaré al corazón" (Os.2,14-15) No nos hablara en sonoros y fuertes discursos de gran difusión y colorido. nada nos dirá a través de documentos que suspendan o maravillen los sentidos, no llegarán declaraciones legalizadas, ni los ecos de asambleas y reuniones, ni el resultado de comisios o elecciones de ningún tipo. Tampoco confidencias o murmuraciones o cuanto inventan los hombres a partir de sus técnicas, cada vez más sofisticadas. Nos hablará, en cambio, al corazón.


9. Y en el corazón no hay engaño. "Tú...cuando quieras orar entra en tu aposento, corre el cerrojo de la puerta ora a tu Padre que está en lo secreto" (Mt. 6,6). Es este secreto lo que debemos de atender. Se trata de una intimidad, de una hondura. Nadie puede llegar allí. Solamente Dios. Y Dios nos lleva adonde no sospechábamos ayer, dándonos ingresar en lo de El, esto es más allá, siempre más allá o si se prefiere : siempre más aquí.







miércoles, 16 de julio de 2008

P. Fray Alberto Justo O.P...."Hacia una filosofía del desierto" ...La vocación interior


" No se apresure. Deténgase y sosiégese. No haga una cosa después de otra con precipitación. Anímese a dejar que se vaya su medio de locomoción. No corra detrás de nada. Vuélvase a cerrar delicadamente las puertas cuando pasa a través de ellas y, como aprenden los Cartujos en su Noviciado, no las cierre de un golpe sino articulando su mecanismo. Entre paso y paso descubrirá el silencio. ( REGLA PARA ERMITAS en el corazón)


1. Es éste el capítulo más decisivo en la vida del hombre. Un descubrimiento incomparable que no siempre acontece cuando va de camino, sino que -tantas veces, quizá la mayoría- está reservado para la culminación , a la hora de la muerte o cuando Dios dispone, aún más allá...



2. El materialismo de nuestros días, en verdad desde hace varios siglos, ha bloqueado los accesos y sellado las puertas que se abren hacia el horizonte. El enemigo no tolera ninguna liberación profunda. Por el contrario multiplica las cadenas en las que los mismos peregrinos, desorientados, quedan atrapados durante muchísimo tiempo.


3. ¿De qué hablamos? Es necesario proceder con cautela y mucha prudencia. Por ello no es posible correr. Aprovecharemos -cómo no- la admirable metáfora que nos ayuda, más que ninguna otra cosa, a descubrir los pasos escondidos, celados, como el tesoro que guarda un campo en el corazón de su tierra.


4. Hay en el alma una tensión, por decirlo de alguna manera, que la empuja a ir más allá, a superarse, a trascenderse. Es su apertura al espíritu que se halla, misteriosa, en el mismo corazón. Si leemos las vidas de los santos, que han abandonado casa y familia, sentimos no sé qué invitación profunda a seguirlos e imitarlos...Es la vocación de Abraham: "Sal de tu tierra, de tu parentela, de la casa de tu padre, para la tierra que yo te indicaré" (Gen. 12,1). Dios mismo lo llama sin señalar lugares ni tiempos. Solo la promesa en la que el Patriarca deberá confiar...


5. El alma, el peregrino, comprueba así este movimiento interior. Experimenta, aún confusamente, la vocación, el llamado, la invitación a ir mas allá. Descubre que partir hacia otros horizontes posee una correspondencia en el propio corazón, donde resuena el eco profundo de algo que siente totalmente suyo. A través del tiempo llegará a darse cuenta de que semejante llamado no calla jamas.


6. Cuando decimos que ese llamado es interior aludimos a su característica fundamental: acontecer en el corazón..... El cumplimiento del viaje se da en el alma y los pasos exteriores se generan luego, si así correspondiera, determinados por la realidad que, con anterioridad a todo, está y se desarrolla dentro. ......


viernes, 11 de julio de 2008

P. Fray Alberto Justo O.P...."Hacia una filosofía del desierto" ...Pico della Mirandola..San Juan de la Cruz...


" Recuerde que lo más grande siempre resulta incómodo. Con la ayuda de Dios vencerá tambien cualquier asedio. El Verbo de Dios, en la estrechez e incomprensión de este mundo, en su humillación y obediencia, no pierde grandeza sino que es exaltado" (REGLA PARA EREMITAS en el corazón )


Por fin Giovanni Pico della Mirandola dice así: "¡ Oh suprema liberalidad de Dios Padre! ¡oh suprema y admirable felicidad del hombre ! a quien le es concedido obtener lo que desea, ser lo que quiere (habere quod optat, id esse quod vellit) . Los brutos, nada más nacidos, ya traen consigo ( como dice Lucilo) del vientre de su madre lo que han de poseer. Los espíritus superiores, desde el comienzo, o poco después, ya fueron lo que han de ser por eternidades sin término. Al hombre, en su nacimiento, le infunfió el Padre toda suerte de semillas, gérmenes de todo género de vida. Lo que cada cual cultivare, aquello florecerá y dará su fruto dentro de él. Si lo vegetal, se hará planta; si lo sensual , se embrutecerá; si racional, se convertira en animal celeste; si intelectual será ángel e hijo de Dios. Y si no satisfecho con ninguna clase de criaturas, se recogiere en el centro de su unidad, hecho un espíritu con Dios, en la solitaria calígine del Padre, el que fue colocado sobre todas las cosas estará sobre todas las cosas " ( G. Pico della Mirandola, De Hominis dignitate 2 )


El desierto interior es este recogimiento en la unidad, es este regreso inefable a la casa del Padre... San Juan de la Cruz lo dira en los siguientes términos " ésta sabiduria mística tiene propiedad de esconder el alma en sí. Porque, demás de lo ordinario, algunas veces de tal manera absorbe al alma y sume en su abismo secreto, que el alma hecha de ver claro que está puesta alejadísima y remotísima de toda criatura, de suerte que le parece que la colocan en una profundísima y anchísima soledad, donde no puede llegar alguna humana criatura, como un inmenso desierto que por ninguna parte tiene fin, tanto más deleitoso, sabroso y amoroso, cuanto más profundo, ancho y solo, donde el alma se ve tan secreta cuando se ve sobre todo temporal criatura levantada" ...

jueves, 3 de julio de 2008

P. Fray Alberto Justo O.P..."Hacia una filosofía del desierto"...Los Padres del desierto...


"La mano izquierda no ha de saber lo que hace la derecha. Transcurra la jornada en olvido de sí" (REGLA PARA EREMITAS en el corazón)

Daniel Bourguet...refiriéndose al mandato misionero de Cristo, "Id hasta el extremo de la tierra" (Hch. 1, 8) describe el combate espiritual de los primeros monjes, los Padres del Desierto, señalando que...

... solos cara a Dios y a ellos mismos, los monjes descubrieron en el desierto otra extremidad de la tierra, un extremo en el cual nadie había pensado todavía, pues tal extremo no está inscripto en la rosa de los vientos. Descubrieron un extremo en profundidad, la extrema profundidad del corazón humano. Los monjes descubrieron en el fondo de ellos mismos las profundidades no evangelizadas aún, resistencias a Dios, zona de tinieblas y campos de batalla...Ser testigo de Cristo, en efecto, evangelizar, consiste en enfrentar también las propias resistencias, las pasiones, los ídolos, para abrir el ser profundo al reino de Dios y a Dios mismo. En el desierto los monjes se encontraron sobre los pasos de Cristo dando testimonio de Dios ante el tentador en un combate sin misericordia. En su soledad, en la extrema profundidad de su ser, los monjes también descubrieron una presencia, la de Dios, tan humilde y frágil, como la de un recién nacido en un establo. Si amenudo no hay lugar en la hospedería de nuestras vidas bien llenas, los monjes, despojándose de lo superfluo, de la charlatanería, de las ambiciones, de las riquezas ... descubrieron una presencia y, como pastores maravillados, se prosternaron y contemplaron. Se sumergieron en el Corazón de Dios para contemplar. Los monjes están siempre en el corazón sutil de nuestros desiertos y de nuestras soledades y estarán siempre allí, en tanto haya que evangelizar la extrema profundidad del corazón humano y en tanto que el asombro no quede agotado...
...Los monjes, pues, percibieron en qué el extremo de la tierra se interioriza en nosotros; ser testigo en nuestra propia vida interior; he ahí lo que Jesús pide a sus discípulos. Cuando se ha comprendido esto, poco importa si vivimos en el desierto o en otra parte. La localización geográfica ya no tiene importancia. Los monjes, por otra parte, al filo del tiempo, partirán o permanecerán en el desierto; lo importante es ahora otra cosa, ya que el desierto ha sido evangelizado; la gran obra a construir, que esta lejos de hallarse acabada, es el interior nuestro. Una vez descubierta esta dimensión de la interioridad, muchos textos bíblicos se leerán de otra manera; pienso particularmente en uno, que reaparece constantemente en los escritos monásticos, y es esta frase del evangelio de San Lucas, el reino de Dios está en medio de vosotros o entre vosotros (S. Lc. 17, 21). Desde luego es posible leer esta frase de la siguiente manera: el Reino de Dios está en vosotros... Todos los monjes preferirían el en vosotros de la frase, interiorizando así el reino de Dios, sin negar la exterioridad de en medio de vosotros...
... Por lo mismo el combate contra el tentador será interiorizado, lo mismo que el reino de Dios... Se trata de abrir la extrema profundidad de nuestro ser a la soberanía y al amor de Dios. Y esta apertura, poco a poco, se convertirá en búsqueda de Dios, sed de Dios; una sed de Dios señalada por la sed física que el habitante del desierto conoce bien...
( Extractos de : Daniel Bourget, "Jusqu´ á l´extreme profondeur du coeur humain", en Ensemble 105, Octubre 1995, pp. 24 ss. )

miércoles, 2 de julio de 2008

P. Fray Alberto Justo O.P. "Hacia una filosofia del desierto"...


"El mundo, en el que le toca peregrinar, se asemeja al caos. La Mayoría de los hombres, en los centros urbanos, vive en desorden y desarmonia. No tema, ni se deje atrapar por ningún lazo. Sobre todo. no preste atención a lo efímero" ( REGLA PARA ERMITAS en el corazón)
Baudelaire señalaba un hecho admirable: "En cuanto al gozo, las mas bellas ágapes fraternas, las mas magnificas reuniones de hombres electrizados por un placer común jamas darán de si algo comparable a lo que comprueba el Solitario, que, de una sola mirada, ha abrazado y comprendido toda la sublimidad de un paisaje. Esta sola mirada le ha conquistado una propiedad individual inalienable" ( Petits poemes en prose, Seuil, Paris, 1994, pag. 195 )

Decía un contemplativo: "Hay algo en nosotros que no ha caído, que no ha envejecido con la historia, mas edénico que todos los paraísos, mas primitivo que la aurora del cosmos, es la inteligencia admiradora del ser. (S. Fumet, Histoire de Dieu dans ma vie, Fayard, Mame 1978, p. 711 )

¡Cuan grande es la profundidad del hombre que en el secreto de una sola mirada puede abrazar el Misterio del Ser! Sabemos que el amor y la inteligencia no pueden separarse. Por ello en la visión contemplativa, hay una animación amorosa ( se trata de un conocimiento amoroso) que halla todos los caminos despejados y alcanza su destino mas halla de las fronteras, de un solo golpe, de una sola vez, hasta Dios.

La contemplación nunca es dominio o posesión. La propiedad verdadera del espíritu es el secreto del ser , es espiritual y trascendente. Y no cabe aquí sometimiento ni reducción. Se trata, mas bien, de una desapropiación. Y es esto lo que, paradojicamente, le otorga una inalienable pertenencia al contemplativo. El desierto interior crea espacios nuevos e insospechables cuando el amante se transforma en el amado o cuando el alma mas esta presente en el objeto de su amor que en si misma.

Hay una maravillosa afinidad entre el predicador y el desierto. este es un tema poco frecuentado y hasta eludido...Pero que esta presente en todo autentico enamorado de la Palabra de Dios.

Es posible que las obras del hombre pierdan fuerza y color por un triste activísimo que los expulsa de su propio corazón y lo vuelca fuera de si. Esta atención por multiplicar o por alcanzar en todo cantidades y mas cantidades de lo que sea, acaba sumergiendo en una ciénaga sin solución.
La unidad interior se logra por la quietud y el sosiego. Esto no significa la ausencia de la lucha, de la abnegacion, del coraje. Por el contrario, promete mucho mas que cualquier acción realizada por la obtención de un resultado exterior.