lunes, 3 de noviembre de 2014

¿Cómo es?


Esta pregunta puede sorprender. ¿Cómo es la "ermita del corazón"? Sin embargo nunca será ocioso ni suficiente volver al misterio de la intimidad profunda y recuperar las figuras más adecuadas para expresar "algo" de lo inefable. Es claro que todo comienza cuando nos atrevemos a "descender"... No es simplemente una alegoría, es lo más posible y real ante cualquier acontecimiento de nuestra vida. Fijémonos bien: dibújase en nuestro horizonte algún tropiezo, alguna duda tal vez, o un dolor del género que sea. ¿Dónde nos hallamos en verdad entonces? ¿Cuál es "nuestra" realidad en los momentos de confusión, de sufrimiento o de angustia? Los santos saben que nunca Dios está tan cerca como en tales ocasiones... Quiere decir que a raíz del motivo que sea podemos "penetrar" más agudamente en nuestro interior.
Y no está mal "imaginalmente" VER esa dimensión en un desierto, en una gruta, tal vez en un templo, o en todo un paisaje que, efectivemante, se abre en nuestro interior. O percibir todo el cielo en el alma. ¡Cómo no! Y regocijarnos en esa soledad nueva que no tiene necesidad de viajes o de cambios inquietantes o fuera de lugar...
La "Noche" es la gran ocasión de la Luz... Eso es lo que hemos de considerar y, a partir de ello, introducirnos más en el ámbito de nuestra intocable e inefable soledad, siempre abierta a Dios, cuando nos "separamos" de todo lo que no es...

Alberto E. Justo   http://flordelyermo.blogspot.com.ar/