viernes, 5 de noviembre de 2010

SÍMBOLOS, los signos de la tierra transfigurada - Marie-Madeleine Davy (XXIV)


La experiencia espiritual se sitúa en el interior de la fe, y sin embargo, de algún modo, sobrepasa la fe, ya que se vuelve certeza. Esta certeza, según los místicos del siglo XII, no determina un estado duradero, sino que se presenta por relámpagos, comparables a hendiduras, a fisuras que quiebran la corteza y de algún modo la entreabren.

La experiencia espiritual iniciática se opera en el centro del alma, o mejor del espíritu teniendo en cuenta esta triple división: cuerpo-alma-espíritu; y dicho centro coincide con la cumbre del espíritu. Esta comparación quizás pueda parecer paradójica, el centro no es una cumbre. Mas se comprende el contenido de este símbolo recordando que el centro es un monte, lugar donde se unen lo celeste y lo terrestre, es decir, es un medio. Así, la Virgen, como criatura, es llamada tierra, mas como Madre de Cristo y como Esposa es nombrada por San Bernardo centro de la tierra.