viernes, 11 de julio de 2008

P. Fray Alberto Justo O.P...."Hacia una filosofía del desierto" ...Pico della Mirandola..San Juan de la Cruz...


" Recuerde que lo más grande siempre resulta incómodo. Con la ayuda de Dios vencerá tambien cualquier asedio. El Verbo de Dios, en la estrechez e incomprensión de este mundo, en su humillación y obediencia, no pierde grandeza sino que es exaltado" (REGLA PARA EREMITAS en el corazón )


Por fin Giovanni Pico della Mirandola dice así: "¡ Oh suprema liberalidad de Dios Padre! ¡oh suprema y admirable felicidad del hombre ! a quien le es concedido obtener lo que desea, ser lo que quiere (habere quod optat, id esse quod vellit) . Los brutos, nada más nacidos, ya traen consigo ( como dice Lucilo) del vientre de su madre lo que han de poseer. Los espíritus superiores, desde el comienzo, o poco después, ya fueron lo que han de ser por eternidades sin término. Al hombre, en su nacimiento, le infunfió el Padre toda suerte de semillas, gérmenes de todo género de vida. Lo que cada cual cultivare, aquello florecerá y dará su fruto dentro de él. Si lo vegetal, se hará planta; si lo sensual , se embrutecerá; si racional, se convertira en animal celeste; si intelectual será ángel e hijo de Dios. Y si no satisfecho con ninguna clase de criaturas, se recogiere en el centro de su unidad, hecho un espíritu con Dios, en la solitaria calígine del Padre, el que fue colocado sobre todas las cosas estará sobre todas las cosas " ( G. Pico della Mirandola, De Hominis dignitate 2 )


El desierto interior es este recogimiento en la unidad, es este regreso inefable a la casa del Padre... San Juan de la Cruz lo dira en los siguientes términos " ésta sabiduria mística tiene propiedad de esconder el alma en sí. Porque, demás de lo ordinario, algunas veces de tal manera absorbe al alma y sume en su abismo secreto, que el alma hecha de ver claro que está puesta alejadísima y remotísima de toda criatura, de suerte que le parece que la colocan en una profundísima y anchísima soledad, donde no puede llegar alguna humana criatura, como un inmenso desierto que por ninguna parte tiene fin, tanto más deleitoso, sabroso y amoroso, cuanto más profundo, ancho y solo, donde el alma se ve tan secreta cuando se ve sobre todo temporal criatura levantada" ...