sábado, 29 de mayo de 2010

SÍMBOLOS, los signos de la tierra transfigurada Marie-Madeleine Davy ( V )


Como vemos, nada hay de falso en el plano carnal, estrictamente terrestre, pero todo está allí limitado, ya se trate del espacio o del tiempo. El símbolo, considerado en un nivel carnal, se queda en el circuito de la exterioridad, es decir, de lo que vive y muere, lo que nace y pasa, lo que está cerrado y separado. Pero el símbolo, aprehendido en un nivel espiritual, se hace puente, presencia, lenguaje universal, vida concebida en otro orden: el de la eternidad. El símbolo concebido únicamente por el hombre carnal está privado de eco, y permanece en una zona de sombra; en cambio con el hombre nuevo –o espiritual– el símbolo ya es verbo, luz, hierofanía y teofanía, inaugurando por ello un tiempo nuevo: el de la transfiguración.