miércoles, 16 de julio de 2008

P. Fray Alberto Justo O.P...."Hacia una filosofía del desierto" ...La vocación interior


" No se apresure. Deténgase y sosiégese. No haga una cosa después de otra con precipitación. Anímese a dejar que se vaya su medio de locomoción. No corra detrás de nada. Vuélvase a cerrar delicadamente las puertas cuando pasa a través de ellas y, como aprenden los Cartujos en su Noviciado, no las cierre de un golpe sino articulando su mecanismo. Entre paso y paso descubrirá el silencio. ( REGLA PARA ERMITAS en el corazón)


1. Es éste el capítulo más decisivo en la vida del hombre. Un descubrimiento incomparable que no siempre acontece cuando va de camino, sino que -tantas veces, quizá la mayoría- está reservado para la culminación , a la hora de la muerte o cuando Dios dispone, aún más allá...



2. El materialismo de nuestros días, en verdad desde hace varios siglos, ha bloqueado los accesos y sellado las puertas que se abren hacia el horizonte. El enemigo no tolera ninguna liberación profunda. Por el contrario multiplica las cadenas en las que los mismos peregrinos, desorientados, quedan atrapados durante muchísimo tiempo.


3. ¿De qué hablamos? Es necesario proceder con cautela y mucha prudencia. Por ello no es posible correr. Aprovecharemos -cómo no- la admirable metáfora que nos ayuda, más que ninguna otra cosa, a descubrir los pasos escondidos, celados, como el tesoro que guarda un campo en el corazón de su tierra.


4. Hay en el alma una tensión, por decirlo de alguna manera, que la empuja a ir más allá, a superarse, a trascenderse. Es su apertura al espíritu que se halla, misteriosa, en el mismo corazón. Si leemos las vidas de los santos, que han abandonado casa y familia, sentimos no sé qué invitación profunda a seguirlos e imitarlos...Es la vocación de Abraham: "Sal de tu tierra, de tu parentela, de la casa de tu padre, para la tierra que yo te indicaré" (Gen. 12,1). Dios mismo lo llama sin señalar lugares ni tiempos. Solo la promesa en la que el Patriarca deberá confiar...


5. El alma, el peregrino, comprueba así este movimiento interior. Experimenta, aún confusamente, la vocación, el llamado, la invitación a ir mas allá. Descubre que partir hacia otros horizontes posee una correspondencia en el propio corazón, donde resuena el eco profundo de algo que siente totalmente suyo. A través del tiempo llegará a darse cuenta de que semejante llamado no calla jamas.


6. Cuando decimos que ese llamado es interior aludimos a su característica fundamental: acontecer en el corazón..... El cumplimiento del viaje se da en el alma y los pasos exteriores se generan luego, si así correspondiera, determinados por la realidad que, con anterioridad a todo, está y se desarrolla dentro. ......