jueves, 1 de diciembre de 2011

Paz interior - http://flordelyermo.blogspot.com/

Adherimos interiormente a la belleza que se manifiesta en una imagen, en el arte, en un paisaje, en las flores, en la música..., y aprendemos, sin duda, de esta manera a subir por encima de las manifestaciones para abrazar o dejarnos abrazar por el centro escondido que todo participa. No se trata de situaciones agradables o simplemente placenteras. No se trata, no, de gozar de esto o de aquello. Hablamos de la hondura inefable, de esa aurora que siempre se renueva en el espíritu. Cualquier paso es la ocasión y no la impiden las costras o fealdades aparentes que topamos en nuestro camino. Recordemos siempre que lo más íntimo, profundo y fuerte es lo que aparece más débil y vulnerable. Recordemos que cualquier dolor o desengaño es la oportunidad para ir más adentro... Es necesaria y urgente esa paradoja que tanto nos brinda y nos ilumina en nuestra peregrinación.