miércoles, 2 de julio de 2008

P. Fray Alberto Justo O.P. "Hacia una filosofia del desierto"...


"El mundo, en el que le toca peregrinar, se asemeja al caos. La Mayoría de los hombres, en los centros urbanos, vive en desorden y desarmonia. No tema, ni se deje atrapar por ningún lazo. Sobre todo. no preste atención a lo efímero" ( REGLA PARA ERMITAS en el corazón)
Baudelaire señalaba un hecho admirable: "En cuanto al gozo, las mas bellas ágapes fraternas, las mas magnificas reuniones de hombres electrizados por un placer común jamas darán de si algo comparable a lo que comprueba el Solitario, que, de una sola mirada, ha abrazado y comprendido toda la sublimidad de un paisaje. Esta sola mirada le ha conquistado una propiedad individual inalienable" ( Petits poemes en prose, Seuil, Paris, 1994, pag. 195 )

Decía un contemplativo: "Hay algo en nosotros que no ha caído, que no ha envejecido con la historia, mas edénico que todos los paraísos, mas primitivo que la aurora del cosmos, es la inteligencia admiradora del ser. (S. Fumet, Histoire de Dieu dans ma vie, Fayard, Mame 1978, p. 711 )

¡Cuan grande es la profundidad del hombre que en el secreto de una sola mirada puede abrazar el Misterio del Ser! Sabemos que el amor y la inteligencia no pueden separarse. Por ello en la visión contemplativa, hay una animación amorosa ( se trata de un conocimiento amoroso) que halla todos los caminos despejados y alcanza su destino mas halla de las fronteras, de un solo golpe, de una sola vez, hasta Dios.

La contemplación nunca es dominio o posesión. La propiedad verdadera del espíritu es el secreto del ser , es espiritual y trascendente. Y no cabe aquí sometimiento ni reducción. Se trata, mas bien, de una desapropiación. Y es esto lo que, paradojicamente, le otorga una inalienable pertenencia al contemplativo. El desierto interior crea espacios nuevos e insospechables cuando el amante se transforma en el amado o cuando el alma mas esta presente en el objeto de su amor que en si misma.

Hay una maravillosa afinidad entre el predicador y el desierto. este es un tema poco frecuentado y hasta eludido...Pero que esta presente en todo autentico enamorado de la Palabra de Dios.

Es posible que las obras del hombre pierdan fuerza y color por un triste activísimo que los expulsa de su propio corazón y lo vuelca fuera de si. Esta atención por multiplicar o por alcanzar en todo cantidades y mas cantidades de lo que sea, acaba sumergiendo en una ciénaga sin solución.
La unidad interior se logra por la quietud y el sosiego. Esto no significa la ausencia de la lucha, de la abnegacion, del coraje. Por el contrario, promete mucho mas que cualquier acción realizada por la obtención de un resultado exterior.