lunes, 1 de febrero de 2010

EL ARTE DE LA VIDA INTERIOR - MARIE-MADELEINE DAVY ( VIII )


" En la vida interior, el hombre no está nunca abandonado. Físicamente, puede sucumbir a la fatiga y al hambre, a la soledad, encontrar transeúntes que le miran y que sin embargo no le ayudan. En el interior, es suficiente con que clame su miseria, su desnudamiento, con que pida ayuda, con que ore: las ayudas le son enviadas en seguida. El beneficiario ignora de donde provienen, pero están allí y le salvan no de las pruebas, sino de las trampas y de los peligros. Es por eso que el hombre exterior puede atesorar por prudencia humana, el hombre interior recibe cotidianamente su ración de luz, y ese es su «pan de cada día» "