Por tales razones el hombre no puede ser esclavizado por su entorno o por el
ambiente en el cual vive. No es el camino el que hace al peregrino sino éste
quien crea y traza a aquél con su andar.
Es así que estás cerca y acabas por
convertirte en aquello que amas y quieres. Aquello que amas... No dejes de
amarlo ni lo abandones. Tu constancia y tu perseverancia darán los mejores
frutos. Sigue..., sigue siempre.