La vida solitaria no halla mejor lugar ni espacio que el corazón. Allí deja todo cuidado, y descubre- el peregrino- la misma realidad de su soledad...
La soledad más significativa es la que vive el alma en cualquier relación con las creaturas. Éstas no dan jamás lo que se oide de ellas, porque para solo Dios hemos sido creados y sólo en Él hallamos el cumplimiento de nuestros deseo.
Las vidas de los Santo Padres del Yermo, como aquellas de los Mártires, séran siempre prototípicas ya que señalan el camino interior. Es propio de la inteligentia humana ver-más-halla-del-simbolo y descubrir los múltiples secretos que encierra una figura. Por ello es urgente aprender a leer por debajo de la letra y ganar un sentido espiritual que nos guíe hacia el monte del corazón.