P. Fray Alberto Justo: "Hacia una filosofía del desierto"
Amigo lector...Nos encontramos, nuevamente, en las puertas del Desierto. Quizá esta hora reclame una meditación serena que, por fin, nos introduzca en esa vida esencial, profunda y verdadera, por donde sabemos nos halla Dios. Lo que particularmente nos interesa señalar en esta página es la vocación al desierto interior y la posibilidad de seguir su camino en cualquier momento y en cualquier circunstancia. No serán todos, desde luego, los que se empeñaran en semejante aventura, pero el que lo desee y se sepa llamado llegara a destino en su propio corazón. Estas meditaciones se dividen en dos partes. La primera versa sobre la vocación interior, la más profunda, esa que es compatible con desempeños, oficios, profesiones y caminos exteriores, compromisos y aún estados de vida, como se los suele llamar. Esto es un ahondamiento en el misterio del ser, un secreto con frecuencia completamente incomunicable, una recuperación de la fuente y del origen virginal del alma. En la segunda, topamos con un desierto exterior y severo, que es el camino hacia la Tierra definitiva, el éxodo por el que vamos al cielo. Es claro que no lo atravesamos hora tras hora y día tras día. No. Ese desierto exterior, el espacio de nuestra peregrinación en este mundo, es ocasión de Dios y es atravesado verticalmente, como una espada flamígera, por la vida mas profunda, ya que nuestros pasos no nos conducen a dar vueltas y vueltas por la superficie del planeta, como pobres satélites sin destino, sino a levantarnos incesantemente a Dios. El desierto, por tanto, se abre, a cada instante, a la Realidad definitiva. Por eso nuestra vida ya esta en el cielo, o como decía el Apóstol " escondida con Cristo en Dios”.... .(seguirá)