domingo, 4 de abril de 2010

EL ARTE DE LA VIDA INTERIOR - MARIE-MADELEINE DAVY (XVIII)


EL FONDO SECRETO DEL ALMA

El viaje interior conduce al descubrimiento del fondo del alma. «Hay en el alma un fondo secreto de donde» surgen el conocimiento y el amor; ese «algo» no conoce y no ama; son las potencias del alma las que conocen y aman (Maestro Eckhart, Tratados y Sermones). Ese fondo secreto no tiene ni pasado ni futuro. Desde el momento en que el hombre penetra en él, se sitúa fuera del tiempo y del espacio. Es así como el itinerario de la vida interior desemboca en la eternidad, ahí donde no hay nada que alcanzar y nada que añadir, nada que ganar y nada que perder. «Ese fondo secreto ha comprendido en que reposa la beatitud» (Eckhart)

Llegar a ese fondo, tal es el la apuesta de la vida interior y de alguna manera su secreto. Estamos así muy lejos de los aspectos dogmáticos y morales de los que a veces se ha sobrecargado el cristianismo. La ley, por ejemplo la que está presente en los mandamientos, se ofrece como un cuadro, por lo tanto una exterioridad, y no concierne a la vida interior misma. Pero es evidente que aquel que se encamina hacia el fondo de su ser ha dominado sus pasiones y sus codicias, o, más exactamente, ellas se han desprendido de él.

El hombre interiorizado sabe que él no tiene que abandonar, él es abandonado por las dispersiones. Cuando un niño crece, deja sus juegos, o más bien los juegos le dejan. Más todavía, la mariposa olvida que ha sido larva, reptando como una serpiente; vuela, y esa es su dicha resultante de su vocación de mariposa. Así, cuando el hombre toca su fondo, se metamorfosea. Está ahí el milagro producido por la vida interior.