Estás allí donde quieres y tu corazón elige, allí mismo, donde amas, donde está tu reposo y tu predilección, aunque los senderos exteriores de este mundo sean harto ásperos y los ideólogos y los maestrillos cercanos y lejanos pretendan otra cosa. Nadie te quitará esa LIBERTAD de tu alma... Aunque presionen unos y otros y te quieran calificar al antojo de la moda, o del miedo, o de la necedad, tan frecuente. Permanece firme donde están los verdaderos bienes y no te dejes arrastrar por las estructuras, que siempre se procuran justificativos del corte que sean. Estás donde se halla tu corazón y donde tu alma desea. Desea estar en lo alto, "sobre toda temporal creatura levantada", como decía San Juan de la Cruz, y llegarás en un instante al punto maravilloso que descubre la virginidad de tu alma. Habita la parte escondida del mundo, que es el camino del Cielo.
Alberto E. Justo