domingo, 27 de septiembre de 2009

LA MIRADA CONTEMPLATIVA - MARIE MADELEINE DAVY ( VIII )


EL AMIGO DEL COSMOS

Frente al cosmos, el meditante se vuelve un amigo. Todo se le vuelve fraternal: las piedras, los vegetales, los animales, los hombres. Ninguna herida podría alcanzarle, patinan sobre él. El meditante no se introduce todavía en el mundo invisible, es todavía visitante y no un habitante; sin embargo, se mueve en el seno de un espacio de una inmensa amplitud; adquiere una especie de inocencia, de virginidad de corazón. A pesar de la soledad misma del aislamiento, «la vida discurre como una cita de amor» siguiendo la expresión empleada por Novalis.